Ahora resulta que no basta con ver cada dia de toda la semana, de todos los meses del año y de siempre sucesos que hacen se nos pongan los vellos de punta dado a la ola de vilencia que se vive no solo en nuestro país si no en todo el mundo. Sí con sólo saber de su existencia de inmediato nos surge una pregunta como ¿y si yo hubiera estado ahi? o tal vez el ¡que bueno que no estaba ahi! y sin embargo seguimos sintiéndonos inseguros y hasta miedo nos da salir a la vuelta de la esquina.
Todo ello viene al caso dado a los acontecimientos del pasado viernes 18 de septiembre en el interior la estación Balderas en la linea 3 del metro, donde se desató una lluvia de tiros a causa de la supuesta inconformidad y repudio al presente gobierno por parte de un sujeto llamado Luis Felipe Hernández Castillo, quien se encargó de disparar a quemarropa en contra de un policía que intentó detenerlo y y otro hombre que alaa intentar salvaguardar a los demás pasajeros perdió la vida al enfrentar directamente y sin ninguna ayuda al sujeto armado, asi como varios civiles más.
Es entonces que al ver y sobre todo vivir este tipo de sucesos de forma tan cercana (y es que varios de los que vamos a la Universidad, pasamos a diario y dos veces por tal lugar..que miedo!!) sólo permite enmarcar de gran forma la gran violencia e inseguridad de la que somos presa y que nos deja con una paranoia por cualquier cosa que hacemos o lugar por el que pasamos. Es preocupante que hechos como éste, en donde se pueden cobrar la vida de personas que no tendrían por qué hacer algo dado a que contamos con "elementos de seguridad" que se encuentran capacitados para situaciones tales, pasen tan a menudo y en lugares de gran concentración de personas.
Considero que es alarmante que supuestas demandas e inconformidad en contra del gobierno mexiano desaten en las personas sentimientos y acciones tan estúpidas como las de este sujeto que ni siquiera tiene algún tipo de arrepentimiento por haber asesinado a personas que sólo intentaron proteger de alguna u otra manera a los demás pasajeros que se encontraban en el mismo lugar. Es claro que ya en ningún lugar nos encontramos seguros y que sólo con cosas como esta se tomen acciones como el reforzamiento de seguridad en dichas instalaciones cuando ello debería darse de forma "natural" y no porque sea necesario ante la pérdida de vidas.
Todo ello viene al caso dado a los acontecimientos del pasado viernes 18 de septiembre en el interior la estación Balderas en la linea 3 del metro, donde se desató una lluvia de tiros a causa de la supuesta inconformidad y repudio al presente gobierno por parte de un sujeto llamado Luis Felipe Hernández Castillo, quien se encargó de disparar a quemarropa en contra de un policía que intentó detenerlo y y otro hombre que alaa intentar salvaguardar a los demás pasajeros perdió la vida al enfrentar directamente y sin ninguna ayuda al sujeto armado, asi como varios civiles más.
Es entonces que al ver y sobre todo vivir este tipo de sucesos de forma tan cercana (y es que varios de los que vamos a la Universidad, pasamos a diario y dos veces por tal lugar..que miedo!!) sólo permite enmarcar de gran forma la gran violencia e inseguridad de la que somos presa y que nos deja con una paranoia por cualquier cosa que hacemos o lugar por el que pasamos. Es preocupante que hechos como éste, en donde se pueden cobrar la vida de personas que no tendrían por qué hacer algo dado a que contamos con "elementos de seguridad" que se encuentran capacitados para situaciones tales, pasen tan a menudo y en lugares de gran concentración de personas.
Considero que es alarmante que supuestas demandas e inconformidad en contra del gobierno mexiano desaten en las personas sentimientos y acciones tan estúpidas como las de este sujeto que ni siquiera tiene algún tipo de arrepentimiento por haber asesinado a personas que sólo intentaron proteger de alguna u otra manera a los demás pasajeros que se encontraban en el mismo lugar. Es claro que ya en ningún lugar nos encontramos seguros y que sólo con cosas como esta se tomen acciones como el reforzamiento de seguridad en dichas instalaciones cuando ello debería darse de forma "natural" y no porque sea necesario ante la pérdida de vidas.
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